El uso de los drones en la agricultura

Día tras día, la presencia de drones a nuestro alrededor se hace más patente. Estas pequeñas máquinas voladoras no tripuladas hace ya tiempo que han superado la función meramente recreativa para centrarse otros objetivos más relevantes. Su uso se ha extendido hasta el sector de la vigilancia y la seguridad, el mundo del cine los utiliza para conseguir espectaculares planos aéreos e incluso hay empresas de mensajería que los emplean en determinadas entregas. En el sector agrícola, los drones están fuertemente asociados a la agricultura de precisión. De todas maneras, y si su uso continúa generalizándose, pronto podrían ser capaces incluso de entregar recambios para tractores. Quién sabe.

Estos objetos voladores permiten la optimización de las tareas de gestión, control y producción asociadas al trabajo agrícola. Mediante la incorporación de sistemas de tecnología más o menos puntera, los drones pueden sobrevolar las explotaciones apoyando de manera efectiva al rendimiento de las mismas. Una vez que están en el aire, estos se convierten en los ojos del agricultor, que puede así recopilar datos de interés o llevar a cabo diferentes tareas en sus parcelas.

Aunque su uso en el campo se remonta a la década de los 80, el de los drones es un sector en evidente expansión. Actualmente, su uso está muy extendido en grandes plantaciones. En España resulta frecuente verlos sobrevolar viñedos u olivares de notable tamaño. No obstante, cualquier explotación puede beneficiarse de su aplicación independientemente de su tamaño. Algunas de sus principales aplicaciones son las siguientes:

Drones para la detección de plagas

Mediante el uso de drones es posible identificar zonas afectadas por malas hierbas y otros elementos dañinos. De esta manera, pueden realizarse labores de prevención que minimicen el riesgo de perder parte de la cosecha. La observación de explotaciones desde el aire en tiempo real tiene múltiples ventajas, pero la prevención de plagas es una de las más extendidas.

Fumigación de precisión

Mediante la incorporación de elementos fumigadores, los drones facilitan un empleo notablemente más eficiente de plaguicidas y pesticidas. Tras identificar las zonas a tratar, puede trazarse una ruta que el dron recorrerá realizando el tratamiento seleccionado. Este método de trabajo posibilita la acción sobre determinadas zonas o plantas fomentando un evidente ahorro económico y una mayor precisión en el trabajo.

Polinización con drones

A raíz de la creciente preocupación por el descenso del número de abejas, el empleo de drones se ha extendido también para ayudar en la polinización de determinadas plantas. En ocasiones, estos van acompañados de pequeños robots terrestres que colaboran polinizando los ejemplares más bajos.

Inventario de terrenos

Este uso resulta cada vez más habitual en grandes explotaciones. Gracias al uso de drones puede llevarse a cabo un inventariado de plantas más eficiente que sea de utilidad, por ejemplo, a la hora de solicitar subvenciones. De la misma manera, múltiples organismos de inspección utilizan los mismos métodos para llevar a cabo controles y evitar posibles fraudes.

Mapeos y cálculo de índices de vigor

Con el uso de estos aparatos voladores, pueden realizarse todo tipo de mapeos de explotaciones agrarias. Unos de los más útiles son los relacionados con los índices de vigor. Equipados con cámaras multiespectrales, los drones son capaces de realizar un mapeo de parcelas agrícolas que recoja el color de la luz reflejada por las plantas Estas imágenes pueden procesarse en un software que realice mapas de índices de vigor que servirán, en última instancia, para determinar el estado de salud de las plantas de la explotación.

Los drones son, en definitiva, parte del futuro de la agricultura. Su correcta utilización puede generar grandes beneficios a un sector que cada vez busca fórmulas más tendentes al ahorro, a una mayor eficiencia y a un menor impacto medioambiental.