En agricultura, proteger la cosecha es un factor fundamental si se quieren obtener los frutos deseados. De acuerdo a esta máxima, el acolchado o mulching es una técnica que aporta los elementos necesarios para proteger a todos los cultivos.
¿Qué entendemos por mulching?
Al aplicar un acolchado en las cosechas se coloca una capa de protección, como si de una barrera física se tratara, con el objetivo de evitar la aparición de posibles malas hierbas que pueden conducir a la pérdida de parte de los frutos o verduras cultivadas y, por tanto, parte de la inversión realizada. Para ello, se utiliza una capa elaborada mediante diferentes materiales de tipo orgánico u inorgánico que evita el paso de la luz solar. De esta forma, no llegan a producirse ningún tipo de cambio brusco de temperatura ni erosiones.
No obstante, cuando nos centramos en la creación de un huerto ecológico, el mulching nos permite conseguir muchos beneficios además del control de las malas cosechas. Existen muchos tipos diferentes de materiales con los que realizar un buen acolchado. Uno de los principales es la paja o el heno, aunque es necesario combinarlo con algún tipo de abono agrícola para evitar la aparición del humus. Los helechos también siguen esta línea aunque su proceso de descomposición es algo más acelerado. Si además se cuenta con árboles que podar, es recomendable aprovechar la poda triturada para añadirlo también como un posible elemento del acolchado del terreno.
Por otra parte, también pueden utilizarse otros elementos como pueden ser papel de periódico o determinadas clases de residuos como cáscaras de arroz o de cacao, entre otras. Si no se poda, pero se barren hojas secas, también es posible aprovecharlas para esta función.
El acolchado o mulching es una técnica muy habitual en jardinería, huertos y pequeñas explotaciones agrícolas que permite proteger los cultivos de las malas hierbas, entre otras cosas.
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Los principales beneficios del acolchado
Aunque dificultar el crecimiento de las malas hierbas es el principal beneficio del acolchado, la realidad es que también se pueden encontrar otro tipo de ventajas. El acolchado es un elemento fundamental para que el huerto esté correctamente hidratado y alimentado en todo momento. En este sentido, también se puede conseguir una protección del sustrato ante las potenciales inclemencias meteorológicas que se puedan producir.
Por otro lado, también permite que se aproveche mejor el agua que se utilice para regar. Las propiedades de hidratación se mantienen por más tiempo y, por tanto, los vegetales que cultivamos requieren una menor cantidad de agua a la hora de regar. A nivel biológico, también se produce un aumento de la biodiversidad facilitando un mejor crecimiento en todo momento.
Cómo empezar a utilizar el mulching
Invierno y verano son las dos estaciones donde se rentabiliza más la utilización de un acolchado. Para ello, es imprescindible hacerlo en otoño o en primavera. No solo para prevenir la siguiente estación, sino porque además es necesario que el suelo esté húmedo y que no tenga ningún tipo de presencia de malas hierbas.
Si elegimos las partículas orgánicas como material para crear la capa de espesor, también es necesario que evitemos que se trituren demasiado, ya que podría acelerar el proceso de descomposición y convertirse rápidamente en humus.
En este sentido, el acolchado es una excelente opción natural que permite controlar las malas cosechas y evitar la aparición de malas hierbas con facilidad, favoreciendo al mismo tiempo el buen mantenimiento de la cosecha, así como de la maquinaria agrícola y de los repuestos para tractores que se estén empleando.