Mientras el cambio climático afecta a cada vez más áreas del mundo y la desertificación parece ser algo difícil de revertir, numerosas acciones se ponen en marcha para tratar de corregir en la medida de lo posible los daños medioambientales a los que el planeta se enfrenta hoy en día. En muchos casos son asociaciones de diverso tipo o iniciativas personales las que llevan a cabo estas buenas causas. Otras veces, sin embargo, aparecen inusuales protagonistas como A’seedbot, un pequeño robot diseñado y programado para plantar semillas en el desierto.
¿Un robot que planta semillas en el desierto?
Este pequeño ingenio de unos 20 centímetros de longitud nace como el proyecto de graduación de Mazyar Etehadi, estudiante del Instituto de Diseño e Innovación de Dubai. «La desertificación es un problema enorme en todo el mundo causado por prácticas agrícolas insostenibles, la minería, el cambio climático y el uso excesivo de la tierra en general»; con estas palabras, el creador de A’seedbot deja claro su objetivo a la hora de crear el robot, que desde hace unos meses recorre el desierto plantando poco a poco unas semillas de las que en un futuro se espera que crezcan los árboles que puedan suponer el comienzo de un cambio que convierta dicho ecosistema en un espacio más verde.
¿Cómo funciona A’seedbot?
A’seedbot ha sido diseñado según el principio funcionalista de que la forma sigue a la función. En palabras de Etehadi, este “está equipado con paneles solares para cargarse durante el día y navegar por el terreno durante la noche, para identificar zonas fértiles, informar sobre ellas y plantar semillas basándose en los datos obtenidos de sus sensores y sistemas de navegación”.
Así, su estructura responde a una triple función: ver, navegar y plantar. Su parte frontal está compuesta por una cabeza móvil y dos sensores de ultrasonidos que le dan cierto aspecto de robot de película de ciencia ficción. Los sensores hacen la función de ojos y sirven para evaluar el terreno; por su parte, la cabeza móvil permite dirigir sus pasos y encaminarse hacia las zonas fértiles que vaya detectando. En su área central, A’seedbot cuenta con dos aletas giratorias que le permiten desplazarse con facilidad por terrenos difíciles como es el de las arenas del desierto. Finalmente, su parte trasera es un depósito desde el que planta las semillas en el terreno escogido. En su parte superior, el robot tiene instalados varios paneles solares que cumplen una doble función; por un lado le permiten detectar la inclemencia de la fuerza del sol y por otro le sirven para captar la energía necesaria para seguir funcionando.
La idea es que este robot funcione de manera totalmente autónoma más allá de una programación inicial y de introducir en su depósito las semillas que ha de plantar. Mediante sus sensores y sus aletas, A’seedbot recorre el desierto en busca de las zonas más fértiles y húmedas para plantar en ella lo que en un futuro se espera que sean árboles. Además, mientras trabaja, el robot estudia el terreno y recoge datos que puede transmitir en directo a un centro de mandos.
Nuevos retos para el futuro
El trabajo de A’seedbot avanza a un ritmo constante pero lento, Incluso podría decirse que su labor puede ser un tanto insignificante sobre un mundo tan extenso y tan prolijo en zonas estériles. Sin embargo, la mera existencia de este robot ha de tenerse en cuenta como un notable avance, como una plataforma de pruebas para afrontar nuevos retos de la manera más eficiente. Si se piensa fríamente, este caso puede ser similar al de los drones. Ahora solo hay un A’seedbot, pero es posible que en un futuro no muy lejano sean muchos más.