Entre los días 6 y 13 de noviembre se celebra en la ciudad balneario egipcia de Sharm Sheij la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como COP 27. Tras la edición del año pasado en Glasgow, la cumbre de este año se presenta bajo el lema “Juntos para la implementación”. Este eslogan pretende dar a entender que llega la hora de la acción, de pasar de la definición de objetivos a su consecución, especialmente de cara a los efectos negativos del cambio climático. Como novedad, el sector primario (representado por las actividades relacionadas con lo agropecuario, la silvicultura, la apicultura, la acuicultuta, la pesca y la caza) estará más presente que nunca entre los temas que se traten.
El contenido de la COP 27
La COP 27 se desarrollará a partir de varios ejes temáticos y, durante los días en los que tendrá lugar, se establecerán tres proyectos globales. El primero tendrá que ver con los recursos hídricos y llevará por nombre Acción Sobre el Agua, Adaptación y Resiliencia (Aware). El segundo será la Acción Climática y Nutrición (iCAN). Mientras tanto, el tercero tratará sobre Alimentación y Agricultura Para la Transformación Sostenible (Fast).
A estas alturas, poca gente se extraña de que el cambio climático tenga un fuerte impacto en los sistemas agrícolas. Esto, en líneas generales, es debido a diferentes factores como las variaciones de la temperatura y del nivel de las precipitaciones, así como a causas climatológicas como sequías o inundaciones. Al tratarse de un asunto global, esto afecta por igual a países pobres y ricos. Y, en cualquier caso, se ceba especialmente con las pequeñas explotaciones agrarias, que son las que generalmente ocupan un porcentaje mayoritario en cada región.
Cambio climático, agricultura y hambre en el mundo
De esta manera, la COP 27 debería prestar mayor atención a estos pequeños sistemas agrícolas y colocarlos en el centro de las políticas alimentarias. Porque uno de los efectos más devastadores del cambio climático a través de la agricultura tiene que ver con el hambre mundial. Cada vez es más necesario garantizar la producción agrícola con el establecimiento de medidas efectivas que contribuyan a paliar los efectos del hambre en el mundo.
A estos efectos, Zitoni Ould-Dada, Subdirector de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y medio Ambiente de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha expresado que «los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) revelan cómo de complejo es el cambio climático, con conexiones con otros desafíos como la pérdida de biodiversidad, la degradación de los ecosistemas, la inseguridad alimentaria, el desarrollo socioeconómico e incluso la salud global».
Poca duda cabe del papel de la agricultura en todo esto. Por supuesto que la llamada Cumbre del Clima tiene muchos aspectos que tratar que no están relacionados directamente con la agricultura, pero no cabe duda de que esta debería ser uno de los puntos fuertes del encuentro la lucha contra la pobreza y el hambre, así como la salvaguarda de la biodiversidad, debe de tener un enfoque amplio en el que participen varios agentes entre los que debe contarse con la agricultura y el resto de componentes del sector primario.
Imagen central de La Moncloa – Gobierno de España.