¿Eres de los que se preocupan de conservar sus vehículos en buen estado? Si has entrado en este artículo es probable que así sea y que, además, te ocupes tú mismo de hacerlo. Entonces sabrás que el mantenimiento del tractor es una tarea rutinaria que debe formar parte de la actividad diaria.
Preocuparse de conservar la maquinaria agrícola en buenas condiciones alarga la vida del vehículo y, algo muy importante, redunda en una mayor seguridad del conductor. Por ello, en este artículo te ofrecemos cinco consejos de mantenimiento:
1. Conserva el manual de instrucciones para el mantenimiento del tractor
El manual de instrucciones es un componente más de la máquina, que hay que conservar para poder consultarlo si surge cualquier problema o si se desea realizar un mantenimiento básico del vehículo.
En el manual de instrucciones suelen aparecer recomendaciones del fabricante para realizar este rutinario mantenimiento del tractor, que en general consiste en la lubricación del chasis, del motor, de la transmisión, el cambio de filtros o el cambio de aceite hidráulico.
Por norma general, en él se incluye una tabla de especificaciones en la que se señalan, entre otras cosas, las características que deben tener los distintos líquidos, la presión recomendada de los neumáticos o la torsión de los pernos.
También pueden encontrarse instrucciones para poder desmontar las piezas que ya no funcionan y sustituirlas por los recambios adecuados.
2. Revisa regularmente los líquidos
A diferencia de los turismos, que se controla el estado de los líquidos por kilometraje o periodo de tiempo, en el caso de los tractores se hace por horas de trabajo, por lo que resulta imprescindible registrarlas después de cada uso.
En el manual de instrucciones o en los propios recipientes de los líquidos se indicará el número de horas que conservan sus propiedades. Los líquidos que hay que vigilar y que se pueden sustituir sin acudir al taller son el aceite del motor, el fluido de transmisión, el líquido refrigerante del radiador o el aceite hidráulico.
3. Comprueba la presión de los neumáticos
Es una tarea muy sencilla y que supone muy poco tiempo. Esta debe hacerse con los neumáticos en frío, es decir, antes de iniciar las labores agrícolas. Además, debes tener en cuenta si el tractor va a arrastrar algún remolque y seguir las presiones recomendadas por los fabricantes para cada caso concreto.
4. Vigila el estado de los filtros
Los filtros sirven para proteger contra la suciedad, el agua u otros elementos que pueden provocar averías. Las labores en el campo están muy expuestas a todos estos elementos, por lo que los filtros se ensucian y pierden efectividad.
Los principales filtros que hay que comprobar son el de combustible en los motores diésel y el del aire. Estos se pueden limpiar con un aspirador o con aire a presión, nunca lavándolos con agua. Cuando la suciedad no se va con facilidad, lo más recomendable es sustituirlo por otro nuevo.
5. Examina la parrilla del radiador
Tal y como hemos señalado en el punto anterior, los tractores funcionan en condiciones muy expuestas a la suciedad. Polvo, restos vegetales, insectos, polen y otros desechos naturales pueden acumularse en la parrilla del radiador e impedir que este se ventile adecuadamente. Una inspección ocular puede ser suficiente para observar restos de materia fáciles de retirar.