Las plantas no solo viven de agua. Aunque a más de uno pueda resultarle extraño, lo cierto es que los habitantes del reino vegetal necesitan diferentes tipos de nutrientes para crecer y desarrollarse de manera correcta. El agua, al igual que la luz del sol, es sumamente importante en este proceso, pero su papel en muchas ocasiones responde más a facilitar la asimilación de nutrientes que a proporcionar alimento por sí misma.
Los nutrientes que precisan las plantas son elementos químicos que pueden encontrarse en el suelo de manera natural, pero, dado que en la mayoría de los casos las necesidades alimentarias de las plantas son superiores a las reservas naturales existentes en el suelo, estos nutrientes también pueden aportarse por medio de fertilizantes o remedios orgánicos. Por lo general, estos elementos se dividen en dos grupos, los macronutrientes y los micronutrientes. Los primeros son necesarios en una mayor cantidad y con una periodicidad más corta, pero eso no los hace necesariamente más importantes que los segundos.
Macronutrientes, elementos primarios
Dentro del cajón de los macronutrientes, existen tres que resultan fundamentales para el desarrollo de cualquier planta. Estos son los siguientes.
- Fósforo. El fósforo es muy útil para favorecer el desarrollo de la raíz de las plantas. Además, es un nutriente que contribuye a compensar el exceso de nitrógeno y a alentar a la generación de de frutos y semillas.
- Potasio. Este es probablemente el elemento mineral que tiene mayor presencia en las plantas. Aunque en menor medida que el fósforo, también es importante para el desarrollo de las raíces. Además, contribuye a potenciar el aroma de las flores.
- Nitrógeno. Este elemento resulta esencial para el correcto desarrollo del tallo y las hojas de las plantas. Debido a que las plantas lo requieren en grandes cantidades, este es el nutriente que se suministra con más frecuencia como fertilizante.
Otros nutrientes macro
Además de la triada principal, las plantas necesitan otra serie de macronutrientes.
- Calcio. Su papel principal es el de aportar más resistencia a las plantas.
- Azufre. Se trata de un elemento complementario al nitrógeno y que tiene un importante papel en el estímulo del crecimiento de las plantas.
- Magnesio. El magnesio es uno de los principales elementos de la clorofila y, como tal, es uno de los encargados de que las plantas tengan su color.
Los micronutrientes de las plantas
Estos minerales suelen estar presentes de manera natural en el suelo y en otros elementos como el humus de lombriz. Su aporte a las plantas es igual de necesaria que la de los macronutrientes, pero su aplicación puede ser menos frecuente y en menor cantidad.
- Hierro. El hierro, principalmente, ayuda a disminuir el nivel de nitratos y sulfatos.
- Zinc. Uno de los principales papeles de este mineral es el de ayudar en la asimilación del nitrógeno.
- Manganeso. Se trata de un elemento que está presente en numerosas funciones como la asimilación de nitrógeno o la fotosíntesis.
- Boro. La función más destacada del boro es la de garantizar la correcta separación de las células de la planta.
- Cobre. Al igual que sucede con el manganeso, el cobre resulta esencial para el correcto desarrollo de la fotosíntesis y los procesos respiratorios de la planta.
- Cloro. El cloro es otro de los minerales que intervienen de manera destacada en el proceso de la fotosíntesis.
- Molibdeno. Este último micronutriente es esencial a la hora de fijar el nitrógeno atmosférico.
Como puede verse, son muchos los nutrientes que aportan su particular granito de arena en el desarrollo de las plantas.
Imagen principal de Tim Green.
Imagen central de Brian Boucheron.