En el mundo vegetal, la nutrición es el proceso mediante el cual las plantas fabrican sus propios alimentos tras la síntesis de componentes procedentes de sustancias exteriores que son absorbidas, generalmente, desde la raíz. Una vez integrados en el sistema de la planta, estos nutrientes son transportados a través del xilema hacia las hojas y otros órganos encargados de realizar la fotosíntesis. A partir de este punto, estos elementos pueden reubicarse hacia otras partes de la planta generando así un proceso de movilización que suele funcionar desde las zonas más viejas hacia otras más jóvenes. Es entonces cuando pueden comenzar a aparecer síntomas de desnutrición.
Los nutrientes viajeros
Este transporte puede ocasionar desniveles en la concentración de nutrientes que, en última instancia, tendrán su reflejo en el aspecto físico de las hojas y otras partes de la estructura de la planta afectada. En este caso, puede hablarse de desnutrición e identificar esta afección no tanto por una consecuencia de la falta de alimento como por los desajustes provocados tras una movilización de nutrientes.
En su proceso de alimentación, una planta sintetiza gran cantidad de elementos que, de acuerdo con su grado de movilidad, pueden dividirse en diferentes clases. Por un lado están aquellos nutrientes como el fósforo, el potasio o el nitrógeno que suelen desplazarse entre tejidos. De esta manera, las partes más jóvenes suelen tomarlos de las más viejas y, como consecuencia, pueden darse desajustes nutricionales entre ellas. Otros nutrientes como el hierro, el manganeso o el calcio no se desplazan hacia zonas más jóvenes, por lo que su concentración suele ser mayor en las partes más envejecidas de la planta. Por último, existen elementos como el zinc o el azufre que solamente se desplazan cuando las áreas viejas donde se ubican sufren síntomas de degeneración severos.
¿Cómo detectar la desnutrición en las plantas?
La falta de alimento en una planta suele ser visible mediante manchas que resultan evidentes en algunas de sus partes. Estos signos pueden confundirse con otras afecciones como, por ejemplo, aquellas producidas por la labor dañina de diferentes plagas. Es por eso que conviene saber identificar los signos de la desnutrición, que por norma general tienen en común características como las que se exponen a continuación y suelen ser visibles en las hojas.
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Las manchas suelen ser simétricas y con límites poco definidos y difusos, no angulares.
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Suelen afectar al mismo tipo de hojas; jóvenes o viejas.
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Estos signos acostumbran a aparecer de manera gradual; no se les espera de la noche a la mañana.
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Su aparición se da generalmente en zonas alejadas a la nervadura central.
Entre todos los elementos de una planta, es en las hojas donde los síntomas de desnutrición son más evidentes. Esto se debe a que en ellas se produce una mayor actividad metabólica, pero también a que la observación de las mismas es más sencilla. Por desgracia, estos síntomas suelen ser evidentes cuando se encuentran en un estado avanzado de desarrollo, por lo que no siempre es posible salvar o corregir la situación a corto plazo.
Es por esto que la observación y seguimiento del grado de desnutrición de una planta ha de complementarse con otros métodos como el análisis de suelos, por ejemplo.
Imágenes de Toussaint Ruggeri.