A poca gente que esté al tanto de la actualidad política y económica se le escapará hoy en día que la sequía y la guerra de Ucrania han motivado un aumento sin precedentes en el precio del girasol, así como de otros cereales y productos derivados. A este aumento de su coste se suma otro problema, el derivado del desabastecimiento. Ucrania ha sido hasta la fecha el principal exportador de este cultivo, y ahora que la situación bélica ha puesto en peligro el abastecimiento desde el “granero de Europa”, el cultivo de girasol vuelve a estar presente en otras zonas Europa como hace décadas que no se encontraba.
Desabastecimiento y aumento de precios
Esta creciente necesidad de producción vinculada al cultivo de girasol está directamente relacionada con su demanda por parte de determinadas industrias, pero también al consumo doméstico. El aceite de girasol es muy frecuente como material conservante en algunas empresas como la del pescado, pero también ha sustituido a otros productos denostados como el aceite de palma en el sector de la repostería; este último hecho ha favorecido un aumento de la demanda a nivel industrial, pero también en el ámbito doméstico, donde su uso se hace cada vez más patente.
Así, el aumento de precios y el desabastecimiento han supuesto un estímulo para la producción de girasol en Europa, que ha visto como muchas de las áreas dedicadas a su producción han aumentado su dedicación por encima del 20 %. En España, por ejemplo, el cultivo de girasol se generalizó durante la década de los años setenta del pasado siglo XX, pero con el paso de los años la superficie dedicada fue disminuyendo en beneficio de la plantación de cereales y otros productos similares.
La Unión Europea, además, ha contribuido recientemente al este estímulo al eliminar la obligación de que el 5 % de tierras cultivables deban ser destinadas al barbecho para asegurar así la reposición de los nutrientes y la composición química del suelo. Al eliminar el carácter forzoso del barbecho, la superficie destinada al cultivo de girasol puede aumentar considerablemente.
Características y rendimiento del girasol
El girasol es una planta con carácter que presenta unas condiciones marcadas por su resistencia al calor y a las inclemencias meteorológicas adversas. Además, para su cultivo necesita una cantidad de agua inferior a la de otros cultivos como el maíz. Al requerir la aplicación de menos cantidad de fertilizante que otros cultivos, su coste de producción es también inferior a lo habitual. Una vez plantado y en estado de crecimiento, su presencia contribuye a combatir a las malas hierbas. Por último, al estar sembrado a gran profundidad, este adquiere los nutrientes de estratos edafológicos inferiores y deja las capas superiores libres para el desarrollo de otras especies.
El rendimiento del girasol varía en función de si este ha sido sembrado en secano o en regadío. De esta manera, un cultivo de regadío puede arrojar unos resultados de cerca de tres mil kilos por hectárea, mientras que en zonas de secano la producción puede sobrepasar con facilidad los quinientos kilos por hectárea cultivada.
Imagen principal de Liz West.
Imagen central de Susanne Nilsson.