De un tiempo a esta parte, el tractor eléctrico ha pasado de ser una idea con visos de prototipo a manifestarse como una realidad que, si bien tiene todavía mucho camino que recorrer, gana cada día nuevos adeptos. Desde la presentación de los primeros prototipos completamente eléctricos por parte de marcas como John Deere o Fendt, este tipo de vehículos puede dibujarse como una alternativa completamente funcional y más sostenible que los tradicionales tractores con motor a combustión.
Según informes de la FAO, las actividades agrícolas y ganaderas ocupan aproximadamente un 37 % de la superficie terrestre y emplean cerca de dos tercios de la cantidad total de agua consumida por el ser humano. Esto, unido a la emisión de gases nocivos emitidos por la maquinaria empleada para el desarrollo de estas actividades y la generalización de determinados productos químicos en pesticidas o fertilizantes, da una idea del impacto medioambiental que provoca el sector agroalimentario a escala global. Afortunadamente, cada día hay más información al respecto y puede palparse una tendencia creciente hacia la asimilación de prácticas más respetuosas con el medio ambiente que, poco a poco, allanan el camino hacia una realidad más sostenible.
El tractor eléctrico, ventajas y funcionalidades
El tractor eléctrico sustituye el motor de combustión por un sistema de base eléctrica. De esta manera, la energía proviene de baterías y no de la quema de combustibles como la gasolina o el gasóleo. Esta transformación de energía eléctrica en energía mecánica tiene como resultado una enorme reducción de emisiones y ruido que beneficia tanto al propio operario como al entorno en el que se desarrolla la labor del vehículo. El acelerador de estos tractores funciona como un potenciómetro que regula la cantidad de electricidad necesitada durante el funcionamiento. Si bien las baterías requieren de una pequeña estación para su carga, esta puede instalarse fácilmente en cualquier granja o explotación. El resto de componentes propios de un tractor, así como los recambios agrícolas que este pueda necesitar, no varían por la presencia de baterías eléctricas.
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, el tractor eléctrico se presenta como una alternativa sostenible a los clásicos motores de combustión. https://t.co/b9Ui06fDlJ pic.twitter.com/ayeE38a44D
— Repuestos Fuster (@RepuestosFuster) February 20, 2019
Los primeros prototipos
El mercado del tractor eléctrico está todavía por desarrollarse debido principalmente a la escasez de modelos operativos. No obstante, hace ya un tiempo que algunas de las principales marcas de maquinaria agrícola comenzaron a presentar sus primeros prototipos. En 2017, John Deere sorprendió con su tractor eléctrico SESAM. Este modelo desarrollado por la universidad de Kaiserfautern y financiado en parte por el gobierno alemán cuenta con dos motores independientes de 150 Kw cada uno que trabajan respectivamente en la tracción del vehículo y el manejo de los aperos. Durante el mismo año, Fendt presentó en sociedad su modelo e100 Vario, un nuevo vehículo con una potencia de 50 Kw, una autonomía total de cinco horas y alta velocidad de recarga de la batería.
El último gran paso se dio recientemente, a finales de 2018, cuando John Deere presentó un nuevo prototipo de tractor eléctrico y autónomo denominado gridCON que, al no requerir conductor, elimina la cabina de su diseño. Este revolucionario modelo no cuenta con batería recargable y, en su lugar, dispone de un cable que el propio tractor extiende o recoge y que permanece conectado a la red mientras el vehículo trabaja de manera autónoma de acuerdo a unos parámetros indicados con anterioridad. Pese a lo innovador de la idea, este no es el primer modelo de tractor autónomo presentado en los últimos años.
El tractor eléctrico es un paso más que el sector agroalimentario puede dar hacia la sostenibilidad dentro de un ambiente global cada vez más tendente a la asimilación de este tipo de prácticas de respeto medioambiental.