Nuestro idioma está lleno de expresiones populares que todos utilizamos a diario sin saber de dónde vienen o por qué se usan. La agricultura y la ganadería no están exentas de ellas, y por eso hoy repasamos algunas de las más populares.
Estar como una cabra
Todo el mundo sabe que cuando alguien está como una cabra, no está precisamente en sus cabales. Esta expresión popular relacionada con el mundo de la ganadería tiene su origen en el comportamiento errático de estos animales, especialmente de los chivos, que son las crías en el estadio de crecimiento que comprende entre el destete y la edad adulta.
Cualquiera que haya podido contemplar un rebaño de cabras habrá sido testigo de cómo los chivos suelen actuar de una manera que parece no obedecer a criterio ninguno; saltan de manera impredecible mientras caminan, se suben a toda superficie que esté a su alcance, se separan del rebaño, etc. Por todo esto y mucho más, a nadie debería extrañarle que la expresión “estar como una cabra” designe a quien parezca haber perdido el norte.
Me importa un comino
El comino, concretamente sus semillas, es una plata muy utilizada como condimento culinario. Su uso histórico en toda clase de guisos se pierde en recetas tradicionales de las culturas que se han asentado alrededor del mar Mediterráneo. En España, el comino es una de las especias más habituales y esto es en parte debido a su gran presencia por toda la península.
Teniendo esto en cuenta, cabe pensar en lo insignificante que pudiese resultar un solo comino y la poca importancia que este pudiese tener, así como la escasa preocupación que podría derivarse de su pérdida. Pero el comino no es la única especie vegetal que se emplea en expresiones populares para denotar la poca relevancia de algo; los pepinos, pimientos, bledos, rábanos y otras plantas similares pueden ser perfectas sustitutas de esta especia.
Sudar como un cerdo
Hace calor, la temperatura comienza a ser inaguantable y uno no deja de sudar hasta que su propia humedad le resulta incómoda e incluso desagradable. En resumen: suda como un cerdo. De entre todas las expresiones populares basadas en la ganadería esta es una de las más populares y, sin embargo, se basa en una mala percepción de la realidad, pues los cerdos apenas sudan. La casi nula presencia de glándulas sudoríparas en estos animales hace imposible que estos suden y tengan que aliviar el calor mediante otros mecanismos como el jadeo, al igual que ocurre en el caso de los perros.
Sin duda, el origen de esta expresión viene de la idea que se tiene del cerdo como un animal sucio, hecho que también podría rebatirse con facilidad.
Ser la leche / tener mala leche
“Juan es la leche, no veas que mala leche tiene el tío”. Expresiones populares de este tipo también son muy habituales en nuestro vocabulario y la pregunta es, ¿qué tendrá que ver el producto de nuestras vacas y ovejas con el temperamento o personalidad de las personas? Pues bien, la historia se remonta a la Edad Media, cuando en determinados escalones sociales se recurría a las nodrizas para amamantar a los recién nacidos.
Según la creencia popular, esta leche podía transmitir parte del carácter de su poseedora a los niños y de ahí vendría la frase “ser la leche”. Por la misma razón, si alguien mostraba un carácter negativo, brusco o desobediente, este solía atribuirse a la mala leche con la que se había amamantado.
Ser más bruto que un arado
Terminamos con otra expresión popular que tiene su origen en la agricultura, aunque en esta ocasión en una lectura peyorativa de la misma que afortunadamente ya se ha superado en su mayor medida. Hace siglos, el trabajo en el campo era visto como algo propio de ignorantes y sus gentes eran tachadas de poco civilizadas. No es difícil pensar que sus instrumentos, entre los cuales destacaba el arado, tuviesen que cargar con el mismo trato. También es fácil adivinar que el origen de esta expresión se generaría en las antiguas ciudades y entre clases sociales medias o altas.
Pasados los siglos, y aunque la expresión todavía sigue en boga, el trabajo en el campo fue evolucionando hasta llegar a ser como lo entendemos hoy en día. Una profesión indispensable y uno de los motores económicos más potentes del mundo.
Es verdad, tenemos un vocabulario con muchas expresiones de este tipo. Me encantó el post. Un abrazo