Se conoce por herbicida a todo producto químico utilizado para eliminar plantas indeseadas como, por ejemplo, las malas hierbas. Su objetivo es el de evitar los problemas asociados a la presencia de determinadas especies vegetales mediante la interrupción o retraso de su crecimiento o desarrollo.
Como suele ocurrir en estos casos, existen diferentes tipos de herbicidas y su elección estará siempre condicionada por factores como el estado del cultivo sobre el que se quiera aplicar, el estado y el tipo de las hierbas sobre las que se busque actuar o las propias características del suelo donde estas malas hierbas se estén desarrollando.
En cuanto a los tipos de herbicidas existentes en el mercado, en primer lugar habría que diferenciar entre sólidos o líquidos, y su elección dependerá de la forma de aplicación que se busque, así como de sus ingredientes activos.
Por norma general, no existe un solo sistema de clasificación de herbicidas y estos suelen agruparse por criterios como los siguientes.
Herbicidas según su aplicación
De acuerdo a esta tipología, puede distinguirse entre herbicidas residuales y foliares. Los primeros se aplican sobre el suelo y generan una capa tóxica que elimina las malas hierbas al germinar. Por el contrario, los herbicidas foliares se aplican directamente sobre las plantas que se quiere eliminar y tiene una subdivisión que distingue entre los de contacto, que solo afectan a la parte de la planta con la que entran en contacto, y los sintéticos, que penetran en el flujo de savia y llegan hasta las raíces.
Herbicidas según su modo de acción
Según esta segunda clasificación, los herbicidas pueden ser de acción total, si atacan indiscriminadamente a todo tipo de vegetación, o de acción selectiva si solo se centran en determinadas especies. Esta segunda variedad es de mayor utilidad cuando los cultivos ya se encuentran avanzados. Por el contrario, los pertenecientes a la primera variedad se centran más en carreteras y zonas urbanas o industriales.
Herbicidas según el momento de aplicación
En función del momento de su aplicación, estos productos pueden ser de presiembra o de postsiembra. Así, mientras los primeros se emplean durante los momentos previos a realizarse la siembra, los segundos están destinados a utilizarse en los momentos posteriores. Además, los herbicidas de postsiembra pueden dividirse entre de preemergencia, antes de que el cultivo haya germinado, y de postemergencia, que se aplican una vez que el cultivo ha germinado y las malas hierbas hayan comenzado a desarrollarse.
El debate sobre su uso
El uso de herbicidas lleva implícito un debate sobre sus efectos y el impacto que estos tienen sobre el medio ambiente. En líneas generales, existen corrientes críticas que denuncian que su uso altera el balance de la naturaleza provocando desequilibrios en los sistemas ecológicos y que, además, son tóxicos para animales y personas. Los detractores de su uso también defienden que su aplicación resta fertilidad al suelo y, en consecuencia, contribuye a disminuir la productividad de los cultivos.
Las críticas a este tipo de productos son muy similares a las que se vierten sobre otros como los pesticidas, los plaguicidas y, en general, cualquier otro tipo de elemento de composición química.
Imágenes de Chafer Machinery.