Se conoce como herbicida selectivo a todo aquel producto, generalmente químico, destinado a eliminar las malas hierbas sin que su aplicación cause daños sobre el cultivo principal. Este tipo de productos es de gran utilidad cuando aparecen especies herbosas invasoras en el centro de cultivos como, por ejemplo, cualquier tipo de cereal. Estos casos son muy habituales en temporadas como la primavera, especialmente después de que las lluvias hagan su aparición y fomenten la aparición de toda clase de malas hierbas. En este sentido, Los herbicidas selectivos son una herramienta muy extendida en las tareas de control de las malas hierbas.
¿Cómo se aplican los herbicidas selectivos?
La aplicación de los herbicidas selectivos es sumamente sencilla y, por lo general, no implica mucha más complicación que la generada a la hora de determinar qué tipo de herbicida va a utilizarse. Existen diferentes tipos de herbicidas selectivos, pero lo normal es dividirlos en función del tipo de planta que atacan y, para ser más precisos, existe una categorización base entre hoja estrecha y hoja ancha. Una vez solucionado este escollo, el método de administración es tan básio como aplicarlo o regarlo directamente sobre el campo. En este punto, el producto se posa sobre la estructura exterior de las plantas y es absorbido a través de sus hojas. Una vez en el flujo de la savia de la mala hierba, este viaja por su interior y se dirige a diferentes destinos como las ramas, el tallo e incluso las raíces.
Efectos rápidos y visibles
Lo normal es que los herbicidas selectivos comiencen a hacer efecto entre las veinticuatro horas y los dos días inmediatos después de su aplicación. Pasado este tiempo, las malas hierbas comenzarán a sentir cómo su sistema vascular se ve afectado y, en consecuencia, su crecimiento se detiene paulatinamente. Así, en cuestión de unos pocos más, los efectos del producto aplicado podrán empezar a ser visible en forma de desnutrición, deshidratación y decoloración, de necrosis y clorosis que evidenciarán la efectividad del compuesto que se haya empleado.
Para que el efecto sea lo más completo posible, se recomienda que la aplicación del producto escogido sea sostenida, que se haga durante un tiempo. Aun así, conviene prestar especial atención a la cantidad de herbicida que se aplica ya que, al hacerse sobre la totalidad del terreno, siempre se asume el riesgo de que un excesivo uso del mismo pueda afectar a toda la plantación, tanto a las malas hierbas como al cultivo principal. No obstante, para que esto ocurra la dosis aplicada debe ser realmente excesiva.
Ventajas de los herbicidas selectivos
Entre las ventajas del uso de herbicidas selectivos podemos destacar en primer la más obvia, que no afecta al cultivo principal. Además, estos son de muy fácil aplicación y, por lo general, no requieren de inversiones importantes. Su uso, además, es factible durante los diferentes estadios de crecimiento de la planta, independientemente de que esta se encuentre en su fase de desarrollo inicial o una más cercana a su edad madura. Por último, y al actuar velozmente, el uso de estos productos puede llevarse a cabo incluso en situaciones climatológicas adversas.
Los herbicidas selectivos son una opción muy extendida y cada vez mejor valorada a la hora de acometer el control de las malas hierbas que puedan amenazar y anegar nuestros cultivos.
Imagen principal de Brian Boucheron.
Imagen central de Phil Dolby.