Por norma general, las plantas encuentran en el suelo su principal fuente de nutrientes y el medio alrededor del cual se desarrollan y viven. Sin embargo, la tierra no siempre resulta indispensable para garantizar la vida de los vegetales ya que esta es susceptible de ser sustituida por otros medios como, por ejemplo, el agua. Esta es la base de la hidroponía, un popular método de cultivo que utiliza disoluciones minerales en lugar de suelo agrícola.
¿De dónde viene la hidroponía?
Pese a que no haya una evidencia clara sobre en qué momento comenzó a utilizarse este método, se cree que su aplicación fue bastante temprana. A este respecto, existen teorías que sitúan ya su presencia en la antigua Babilonia, más concretamente en los jardines colgantes del rey Nabucodonosor II. Otras culturas como la azteca o la romana también cultivaron vegetales mediante técnicas que podrían considerarse antecedentes directas de la hidroponía. Sea como sea, para hablar de esta modalidad en un sentido estricto hay que remontarse a una época bastante más cercana, concretamente a 1600, cuando aparece la primera referencia escrita al respecto por parte del belga Jan Van Helmot. Años después, en 1927, Francis Bacon contribuye al asentamiento de la hidroponía mediante la publicación de su estudio Sylva sylvarum, sobre el desarrollo de plantas terrestres en ausencia de suelo. El empuje definitivo tiene lugar durante el siglo XIX, cuando se desarrollan definitivamente las soluciones de nutrientes disueltas en agua que son la base de la hidroponía contemporánea.
La hidroponía en la actualidad
De esta manera, en la actualidad la hidroponía continúa teniendo su principal axioma en el empleo de disoluciones minerales en lugar de suelo. Las plantas pueden colocarse en soportes o contenedores de diferente forma y tamaño siempre que estos permitan que las raíces se encuentren en suspensión. Una vez posicionada la planta, la raíz es sumergida en una solución acuosa que contiene los nutrientes minerales disueltos. Por norma general, esta solución mineral busca un equilibrio entre los 13 elementos minerales que mejores resultados tienen sobre la vida vegetal y que son el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el azufre, el fósforo, el calcio, el hierro, el magnesio, el zinc, el boro, el cobre, el silicio y el molibdeno.
Cultivo hidropónico
Desde hace unas décadas, la hidroponía está conociendo un fértil periodo de desarrollo, investigación y fama. La alineación con otra clase de métodos productivos que descartan el empleo de pesticidas y productos químicos puede ser una de los principales motivos de su popularidad. Su presencia es más notable en el ámbito doméstico, en espacios urbanos y en pequeños cultivos, pero paulatinamente comienzan a desarrollarse proyectos de mayor calado que cuentan con ella como medio de trabajo. Algunos buenos ejemplos de ello son el huerto antártico Eden ISS de la base polar Neumayer III o la acuoponía, una técnica que aúna el cultivo de plantas sin suelo con la cría de peces.
A favor y en contra
Como sucede con toda técnica de carácter novedoso, a la hidroponía se le han dedicado muchos elogios y algunas menos críticas. En general, las ventajas que esta técnica lleva asociadas son las siguientes.
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Eliminación del uso de pesticidas y agentes químicos.
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Se reduce el espacio de cultivo ya que la raíz no necesita crecer para alcanzar el alimento.
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El agua empleada para disolver los nutrientes puede ser reutilizada, lo que supone un notable ahorro.
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Existe una alta capacidad para personalizar el número y la intensidad de los diferentes nutrientes empleados para su disolución.
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Permite el cultivo en estructuras alternativas como, por ejemplo, verticales. Este hecho supone un importante ahorro espacial.
En la otra cara de la moneda, la hidroponía tiene también varios puntos en su contra. Los principales derivan del elevado coste energético que pueden suponer los sistemas de riego empleados, pero también se habla de la necesidad de llevar a cabo un mayor control del riego, más constante y ajustado a las demandas de las plantas.
Sea como sea, la hidroponía es una técnica que puede suponer interesantes avances en el cultivo de plantas, especialmente en terrenos de pequeñas dimensiones o espacios alternativos como el doméstico o el urbano.