Dentro de ese marco tan actual como es la búsqueda de soluciones sostenibles para la industria alimentaria, la crianza de insectos se ha posicionado como una opción revolucionaria que alcanza incluso la alimentación de animales de granja. Su consumo entre humanos hace ya tiempo que se ha institucionalizado, especialmente en algunas áreas del planeta, ahora, parece ser, su cría se orienta hacia el mundo de la ganadería.
Una alternativa rica en nutrientes
Desde saltamontes hasta hormigas o larvas de escarabajos, los insectos cuentan con una composición nutricional rica y contrastada. No solo son valiosos en proteínas de alta calidad, sino que también contienen grasas saludables, vitaminas y minerales esenciales. Al considerar la cría de insectos como una alternativa a los alimentos convencionales para animales, no solo se está explorando una fuente sostenible, sino también una alternativa nutritiva, original y eficiente.
La cría de insectos se ha destacado en numerosos estudios comparativos revelando que su perfil nutricional supera a muchas fuentes tradicionales de alimentación animal. Este aspecto no solo beneficia a los animales en términos de salud y rendimiento, sino que también ofrece a los agricultores una opción más eficiente y sostenible para el desarrollo de sus explotaciones agropecuarias.
Menor huella ambiental
La cría tradicional de ganado suele conllevar una inevitable emisión de gases de efecto invernadero, así como la contribución a esquilmar determinadas formas de recursos naturales. En contraste a estos dos factores, la cría de insectos resulta mucho más eficiente en términos de reducir el agotamiento y optimizar empleo de recursos. Su crianza, a nivel general, requiere menos agua, espacio y alimento para prosperar. Todo esto, al final, se traduce en una menor huella ambiental.
Así, esta práctica innovadora puede ser una pequeña parte de la solución a los desafíos medioambientales actuales al proporcionar una opción más sostenible y ecológica en la producción de alimentos para animales.
Integración en la cadena alimentaria
Más allá de lo que se pudiese llegar a pensar, la cría de insectos no se asienta simplemente en el plano de lo teórico. La realidad es que ya se está integrando en la cadena alimentaria para animales. Los agricultores pueden incorporar fácilmente insectos criados en las dietas de sus animales, aprovechando así los beneficios nutricionales y medioambientales que ofrecen.
Los insectos pueden ser una adición valiosa a la dieta de todo tipo de ganado, desde cerdos hasta aves de corral, reduciendo de esta manera la dependencia de los alimentos convencionales y mejorando la sostenibilidad general de la producción animal.
Superando barreras y mirando hacia adelante
A pesar de los beneficios evidentes, la cría de insectos enfrenta desafíos que se mueven en diferentes direcciones; desde la aceptación general hasta cuestiones sobre los costos. En general, no obstante, esta práctica puede ser más que una tendencia para afianzarse como una respuesta más a los desafíos urgentes que se plantan frente a la industria agropecuaria. Con sus beneficios nutricionales, su menor impacto ambiental y su capacidad para integrarse en las prácticas existentes, los insectos están emergiendo como una solución sostenible y viable.
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