Tradicionalmente todos asociamos la presencia de tractores al medio agrícola y a las labores propias de este entorno. No obstante, en ocasiones estos vehículos traspasan el umbral de su zona de confort y se instalan en terrenos que, a priori, podrían parecer diametralmente opuestos al suyo. Uno de estos es la playa, donde, como ya explicamos hace unos meses, se realizan tareas de mantenimiento y limpieza. Pero ahí no termina la cosa; en determinadas poblaciones del litoral portugués estos también se utilizan para pescar mediante una técnica tradicional conocida como xávega.
Pero, ¿qué es la xávega?
Esta técnica de pesca es tan tradicional que su origen se remonta milenios atrás en el tiempo. En la Biblia, sin ir más lejos, ya aparece mencionada. Poco a poco, su presencia ha sido desterrada de la mayor parte de los litorales donde se realizaba. En España, por ejemplo, ya hace tiempo que dejó de emplearse. Sin embargo, en la costa norte portuguesa, en algunas localidades como Aveiro, Torreira, Nazaré o Furadouro, todavía sobrevive con algunas modificaciones que implican el uso de tractores.
Los lugares donde se lleva a cabo la xávega suelen ser, por lo general, pequeñas localidades pesqueras sin puerto. Al no poder atracar embarcaciones de mediano o gran tamaño, para atrapar el pescado se utilizan unas barcas con una curiosa forma de media luna, muy elevada en la proa, que permiten resistir la furia del mar y romper el embiste de las olas. Estos cascarones se adentran un kilómetro mar adentro y, una vez ahí, extienden una red de manera circular, como si de una bolsa se tratase.
¿Y qué pintan aquí los tractores?
Las barcas permanecen en el mar cerca de una hora. Antes, los extremos de la red han sido atados a dos tractores estacionados en paralelo que aguardan en la costa, sobre la arena. Una vez que los sesenta minutos de espera han concluido, los dos tractores comienzan a desplazarse para recoger la red que, en consecuencia, lleva hasta la playa a todos los peces que han quedado atrapados en su interior. Así, el papel de los tractores sigue siendo aquí de pura mecánica y arrastre.
Por supuesto, la incorporación del tractor a esta tradición milenaria es relativamente reciente. Hasta hace pocos años era una pareja de bueyes la que se encargaba de hacer llegar la red y su contenido a la playa. El uso de los tractores resta parte del efecto pintoresco del conjunto, pero aporta efectividad al mismo tiempo que se reduce la carga de trabajo animal. En algunas localidades de la costa portuguesa, sin embargo, de vez en cuando se sigue practicando la xávega con bueyes, más como un reclamo turístico o cultural que como otra cosa.
La xávega, por su propia naturaleza, no es una técnica muy extendida. En la actualidad no hay muchas embarcaciones con licencia para practicarla. Además, tampoco son muchos los días en los que puede salirse a faenar con estas barcas; unos ciento cincuenta al año, aproximadamente. Esto, al final, depende del propio mar; de sus condiciones y de la tranquilidad del oleaje.
Imagen principal de Fernando Moital.
Imagen central de Fernando Moital.