Cuando se habla de cultivar la tierra pueden barajarse diferentes alternativas como la siembra directa o el laboreo tradicional. Sin embargo, desde hace unos años ha saltado al campo de juego una nueva técnica que gana adeptos conforme pasan los días. Se trata del laboreo en bandas, una forma de cultivo proveniente de Estados Unidos que ha enraizado fuertemente en algunos países europeos como Francia y cuya presencia es más que palpable en muchos campos españoles.
Los orígenes del laboreo en bandas
El laboreo en bandas fue creado en la década de los años 80 por un agricultor estadounidense llamado Jim Kimsella que realizaba ensayos para dar con la forma de simplificar la labor de la siembra y, al mismo tiempo, optimizar los tiempos de trabajo. De esta manera, el laboreo en bandas o strip trill comenzó su lenta pero segura extensión por los diferentes estados del país y dio el salto ultramarino hacia Europa en el año 2005, cuando grupos de agricultores interesados en él pusieron todo su empeño en importarlo al viejo continente. Pocos años después, algunas empresas europeas como Khun o Kveneland comenzaron a fabricar aperos adaptados y, a partir de 2010, esta nueva técnica se extendió con mayor velocidad por muchas regiones y países de Europa como Francia, donde todavía en la actualidad su presencia es notablemente superior.
Ventajas e inconvenientes
Hoy en día, suele alinearse al laboreo en banda en el lado de las técnicas agrícolas sostenibles. Si bien esta forma de trabajo tiende al ahorro y la eficacia, su aplicación no es estrictamente ecológica ni cien por cien sostenible, aunque sí que aporta evidentes ventajas sobre el terreno.
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La superficie de trabajo se reduce ente un 70 y un 80 %.
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Su aplicación supone una evidente reducción de los costos generales. Solo en gasóleo puede conllevar un ahorro de un 30 %.
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El suelo conserva mejor la humedad entre las filas.
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La estructura del suelo no se ve deteriorada en el mismo grado que mediante el uso de otras técnicas.
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El suelo, además, mantiene su materia orgánica.
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Mediante esta técnica, el terreno queda más protegido frente a la erosión.
En resumen, el laboreo por bandas pretende ser un método de trabajo de labranza que aúne las características beneficiosas de otras técnicas como la siembra directa y el laboreo tradicional.
Por el contrario, trabajar la tierra de esta manera también puede acarrear algunas consecuencias negativas, especialmente relacionadas con la capacidad de algunos suelos para ser receptores de ella. En líneas generales, determinados suelos arcillosos no son buenos compañeros del laboreo en bandas ya que, tras pasar la maquinaria, se muestran dificultades para cerrar la tierra si el clima no acompaña. De la misma manera, en determinados tipos de terreno pueden formarse cavidades o poros de gran tamaño que impidan el correcto desarrollo de las raíces.
Sea como sea, el laboreo en bandas es una técnica que ha dado más que buenos resultados en numerosas áreas de Europa y Estados Unidos. En muchos casos, su implantación requiere adquirir nueva maquinaria y de una adaptación de determinadas costumbres laborales por parte de los agricultores. No obstante, y hablando en líneas generales, los diferentes estudios realizados sobre esta técnica han arrojado resultados más que favorables.