A estas alturas de la profesión puede resultar un poco vago explicar qué es un tractor. De todas maneras, el Diccionario de la lengua española en su edición de 2018 define este aparato como un “vehículo automotor, con gran capacidad de tracción, que se emplea para arrastrar o tirar de aperos agrícolas, remolques, etc.”. Teniendo claro qué es exactamente un tractor, conviene detallar que no todos ellos son iguales. Existen muchos tipos de tractores y, más allá de marcas y modelos, son varias las consideraciones que terminan por dibujar la apariencia y funcionalidad de estas máquinas.
Tipos de tractores según la potencia
La potencia de un tractor mide su capacidad de realizar un determinado trabajo en relación a una medida de tiempo. Según esta variable, es posible encontrar diferentes tipos de tractores.
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Potencia baja. Corresponde a tractores que tengan hasta 40 CV, aproximadamente. Se trata de vehículos preparados para trabajar en terrenos de perfil regular, sin demasiados obstáculos, y para realizar trabajos que no requieran una gran fuerza de arrastre ni un elevado esfuerzo motor.
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Potencia media. Puede considerarse un tractor de potencia media a aquel que se sitúe en un rango de entre 40 y 120 CV, aproximadamente. Están preparados para realizar trabajos más exigentes, y son muy apropiados para viñedos, frutales, invernaderos y otros espacios similares.
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Potencia alta. Los tractores con más de 120 CV son los indicados para realizar trabajos pesados o que se desarrollen en suelos exigentes, ya sea por su composición o por lo abrupto de su perfil. Más allá de los 200 CV, estas máquinas suelen emplearse en actividades específicas que, en ocasiones, sobrepasan el ámbito de lo agrícola.
Tipos de tractores según su tracción
Dependiendo de hacia cuántos ejes se distribuya la fuerza del motor, un tractor puede contar con diferentes tracciones.
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Simple. Es la tracción a dos ruedas, que generalmente son las traseras. El peso que soporta el eje posterior suele ser de un 70 % del total. El eje delantero se reserva para la función directriz.
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Doble, o tracción a las cuatro ruedas. Por norma general, estos tractores son más potentes y están preparados para trabajos más duros, en condiciones y terrenos más exigentes. Este tipo de tracción mejora el rendimiento y reduce el consumo de combustible, por lo que resulta más eficiente que la simple.
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Asistida. En estos casos, la tracción se distribuye a ambos ejes y la dirección, a su vez, al delantero. El peso total queda repartido entre un 40 % en la parte anterior y un 60 % en la trasera.
Tipos de tractores según su actividad
Llegados a este punto podría hacerse una primera diferenciación entre vehículos industriales y agrícolas. Los primeros son empleados para tareas como construcción de carreteras, movimientos de tierras, obras, minería, etc. En el caso de los segundos, la división suele hacerse dependiendo del tipo de terreno o cultivo que se quiera trabajar, factores que determinarán qué tipo de vehículo utilizar e, incluso, qué repuestos de tractores podrían necesitarse.
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Fruteros o vinícolas. Estos tractores son estrechos, más compactos para facilitar el trabajo entre las hileras de la explotación y poder acceder con facilidad a todas sus áreas. Generalmente no precisan de una gran fuerza de arrastre, por lo que su cilindrada suele ser baja.
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Olivar. El trabajo en este tipo de cultivos está sujeto a la presencia de terrenos exigentes, con características particulares en cada caso, por lo que el olivar admite diferentes gamas y tamaños de vehículos, siempre en función del perfil del suelo y la estructura de la plantación.
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Invernaderos. Aquí se hace necesario un tractor de fácil manejo, de tamaño compacto y potencia media o baja, que facilite la conducción a través de todo el terreno de trabajo.
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Trabajos más exigentes. Se trata de labores que precisan tractores de una cilindrada superior y tracción doble. Por lo general, son vehículos de peso elevado y con una gran capacidad de arrastre.