Los secretos del cultivo de la lavanda

La lavanda es una planta rústica de carácter arbústico, es un miembro de la familia lamiaceae, como la menta, el romero, la salvia y la albahaca. Sus tallos llegan a alcanzar los 90 centímetros y las flores son violetas en forma de espádice (cono alargado); pueden medir hasta 9 centímetros.

Principales características

Se trata de una de las plantas aromáticas por excelencia y su uso principal es la obtención de aceite esencial para perfumería (también en suavizantes y jabón de ropa), cosmética y productos farmacéuticos. Tiene propiedades calmantes, desinfectantes, antisépticas y digestivas.

Es muy parecida al espliego y al lavandín. El espliego es similar en flores y aroma, pero crece en latitudes más bajas; el lavandín es un hibrido entre la lavanda y el espliego que presenta mejores rendimientos en aceites esenciales por hectárea.

Antes de plantar lavanda hay que tener en cuenta que la inversión inicial es alta, entre 1800 € y 2000 € por hectárea. Eso sí, la planta una vez en la tierra dura un promedio de 12 años y puede llegar hasta los 20 en condiciones óptimas.

Para su cultivo, las plantas son organizadas en hileras a una distancia de 40 a 65 centímetros, dependiendo de la variedad de la planta. La distancia entre las filas oscila entre los 120 y los 150 centímetros.

Las plantas de lavanda en sitios de gran altitud se plantan de forma más densa para que puedan protegerse del viento. En condiciones húmedas, es mejor dejar mayores distancias entre las plantas con el fin de aumentar la circulación de aire y prevenir la propagación de enfermedades fúngicas.


lavanda

Necesidades de la lavanda

Se trata de un cultivo muy interesante para aprovechar tierras de secano poco productivas, puesto que aguanta bien la sequía y las heladas. La planta debe contar con buena aireación y necesita recibir el sol directo un mínimo de 6 a 8 horas al día. Por estas razones, el clima mediterráneo es el ideal para su cultivo.

En cuanto al suelo, la lavanda necesita un ph alcalino. En caso de que el suelo sea ácido, habrá que compensarlo con un sustrato específico para alcalinizar, o incluso añadir cal.

Las raíces de la lavanda no toleran el encharcamiento, especialmente en invierno, cuando un exceso de agua puede congelarlas y matar la planta, así que es esencial que se cuente con un buen drenaje, para ello lo mejor es un suelo arenoso.

Dado su carácter rústico, en la naturaleza la lavanda soporta incluso las épocas de ausencia de agua. Sin embargo, convienes prestar atención a las plantas recién cultivadas, pues necesitan más agua poder desarrollar un sistema fuerte de raíces. Después de 2 años, para las plantas maduras es suficiente con una precipitación anual de al menos 450 mililitros. Pero esto también depende de la textura del suelo y de los niveles de humedad. En zonas sin precipitaciones frecuentes habría que regar para evitar la escasez de agua antes y después del período de floración. 

Poda y cosecha de la lavanda

Las plantas de lavanda necesitan podarse una vez al año. La práctica más común es podar después de la cosecha, a finales del verano o comienzos del otoño. Especialmente cuando se cultiva lavanda para obtener aceite esencial, en este caso se recolecta solamente la flor y no se tocan los tallos. Después de la cosecha se debe podar cada planta de lavanda a la mitad de su tamaño para fomentar un nuevo crecimiento.

Se cosecha durante el verano, de junio a julio. Es recomendable hacerlo en un día soleado, con clima suave y sin viento. Una precipitación el día de la cosecha (o incluso 2 o 3 días antes) disminuirá la calidad del producto final. El calor extremo y los fuertes vientos también favorecerán la evaporación del aceite esencial.

Existen diferentes técnicas de cosecha. Si se quieren vender tallos florales secos, se cortarán tallos más largos. Si, por lo contrario, se quiere vender para aceite esencial, primero se debe decidir si se va a producir aceite esencial solo a partir de las flores o de las hojas. El aceite esencial extraído solo de las flores es siempre de mayor calidad.

La lavanda es, en líneas generales, una planta muy apreciada por su alta capacidad para producir aceites y esencias de alta calidad.

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