Hace dos semanas hablábamos en este mismo blog sobre los principales tipos de plagas que podían afectar a una explotación agrícola. Dentro de ellas, los insectos eran considerados como uno de los agentes patógenos más perjudiciales, tanto por su variedad como por el apetito y capacidad de reproducción de algunas especies. Estos diminutos animales pueden arruinar cualquier explotación si su presencia es lo suficientemente masiva. Las plagas de insectos son temidas por todo profesional del sector, ya sea este un agricultor o un fabricante de repuestos agrícolas. Por eso mismo es necesario conocer algunas de las especies más comunes.
Orugas, de plaga a mariposa
Estos insectos constituyen una de las plagas más dañinas y habituales. El voraz apetito de las orugas afecta a una gran variedad de vegetales sobre los que es frecuente encontrar sus mordedoras o sus característicos agujeros, que están fuertemente asociados en el imaginario popular a algunas frutas como la manzana. Las orugas se presentan en una gran variedad de tamaños, formas y colores y, como es bien sabido, todas ellas están destinadas a convertirse en polillas o mariposas.
Escarabajos, no solo en las patatas
De entre todos los escarabajos, es el de la patata el que protagoniza una de las plagas de insectos más temidas. Este pequeño animal presenta unas características franjas en su lomo y, pese a lo que parezca indicar su nombre, no se encuentra solamente en la patata. Su denominación es debida a que su extensión se produjo precisamente cuando el cultivo de estas solanáceas se popularizó por todo el territorio americano y europeo. La presencia de estos escarabajos puede detectarse por sus huevos, que tienen un vistoso color anaranjado y suelen ubicarse en el envés de las hojas.
Las de insectos son sin duda una de las plagas más temidas por la comunidad agrícola. Por eso conviene reconocer a sus principales protagonistas.https://t.co/23TguQ2ZPK pic.twitter.com/ceIS5Vv7b1
— Repuestos Fuster (@RepuestosFuster) February 27, 2019
Pulgones, el enemigo hambriento
El pulgón es un insecto de cuerpo ovalado y largas patas cuyo voraz apetito es solamente comparable a su ritmo de reproducción. En su continuo afán por sobrealimentarse visita una gran variedad de plantas sobre las que deja unas pequeñas manchas de color amarillento o marrón que pronto derivan en serios problemas de salud. Existen más de 4000 especies diferentes de pulgones, aunque no todas ellas son consideradas plagas. Algunas, además, tienen alas.
Araña roja, el arácnido más temido
Si bien es común encontrar diferentes tipos de arañas en cualquier huerto o explotación agrícola, su presencia no siempre resulta dañina para las plantas. Eso sí, determinadas familias como la araña roja pueden resultar fatales si su número es el suficiente como para ser considerado una plaga. Estas arañas son muy difíciles de detectar a simple vista y su presencia puede ser delatada por su tela, que les resulta muy útil para protegerse de depredadores. Las mordeduras que dejan sobre las hojas son de un tamaño diminuto, pero la acción conjunta de un buen número de ejemplares puede dejar seca una planta rápidamente.
Mosca blanca, la plaga pálida
La mosca blanca no es realmente una mosca, pero recibe este nombre por su parecido a este tipo de insecto. Estos animales presentan un tamaño realmente pequeño, un color blanco que se extiende por todo su cuerpo y un apetito que alcanza a una gran variedad de especies vegetales. Suelen habitar en el envés de las hojas, y desde ahí se extienden por el resto de la planta consumiendo su savia y secándola poco a poco.
Trips, la más pequeña de las grandes plagas de insectos
Rápidos y de diminuto tamaño, los trips son unos de los insectos más comunes en flores y hortalizas. Su cuerpo es de un color entre anaranjado y marrón y cuenta con varias líneas en su abdomen. El efecto de una plaga de trips es devastador y el resultado de sus mordeduras se manifiesta en forma de manchas grisáceas en las hojas. Estas manchas terminan por necrosarse, tornarse negruzcas y afectar seriamente a la salud de las plantas.
Aunque existen muchas otras clases de plagas de insectos, estas seis son algunas de las más comunes y temidas. Su control resulta esencial para garantizar la buena salud de los cultivos y, ante la evidencia de su presencia, conviene siempre contar con el consejo de un especialista.