Seguro que muchos de nosotros nos habremos sorprendido al ver un sello de producto vegano en la etiqueta de una botella de vino. “Venga, hombre”, habremos pensado, “pero si esto se hace con uvas”. Y es verdad, el vino se elabora a partir de esta fruta. Pero si profundizamos un poco en todas las fases de su producción nos daremos cuenta de que el ellas intervienen otros productos cuya inclusión justificaría la demanda de un vino vegano por parte de determinados sectores de los consumidores.
¿Por qué existe el vino vegano?
Para entender el porqué del vino vegano hay que detenerse en el proceso de clarificación, que es el encargado de limpiar el vino y arrastrar al fondo las impurezas que flotan en el líquido durante su estancia en barricas. Este proceso es natural, se genera de manera espontánea, pero también es muy lento y en condiciones normales ningún vino se clarificaría tanto como el productor y el consumidor de hoy en día querrían. Es aquí cuando intervienen esas sustancias que, debido a sus características químicas, aceleran y mejoran el proceso.
En este punto, muchos podríamos pensar que la clarificación es algo moderno, una técnica propia de la industria vinícola contemporánea. Pero la realidad es que se trata de algo que viene haciéndose desde la antigüedad, al menos desde el tiempo de los romanos. Así, a lo largo de los siglos se han empleado elementos de diverso pelaje para favorecer la clarificación del vino. Uno de los más famosos y comunes ha sido el huevo, especialmente la clara, pero tampoco se han quedado fuera de la ecuación otros ingredientes como la caseína de la leche, la gelatina de los huesos animales o la cola de pescado.
Todos estos elementos tan aparentemente dispares tienen una cosa en común: su origen es animal. Y es ahora, al comprender esto, cuando uno comienza a verle el sentido a que el vino vegano sea un producto más que lógico en el marco de una sociedad de consumo como la actual.
Alternativas vegana para la clarificación
La clave del vino vegano reside en la sustitución de algunos de los elementos que se han empleado tradicionalmente para llevar a cabo el proceso de clarificación. De esta manera, la industria actual puede echar mano de una amplia variedad de ingredientes alternativos que podrían dividirse según su origen.
En primer lugar existen elementos de origen vegetal como algunas proteínas provenientes de especies como la patata o el trigo. En este grupo también podrían incluirse los taninos propios de la uva. También es posible recurrir al mar y utilizar elementos extraídos de algunas especies de alga. Sin embargo, uno de los componentes más frecuentes en la elaboración de vino vegano tiene origen mineral y se trata de la bentonina, un polvo de arcilla muy extendido en la elaboración de vinos blancos, veganos o no. Por último, puede recurrirse a la industria química para emplear algunos elementos como el dióxido de silicio y las poliamidas.
Lejos de resultar una excentricidad sin sentido, el vino vegano tiene toda su razón de ser en el momento que se comprenden todas las fases de elaboración de este producto cuyo consumo no debería ser incompatible con la sunción de determinadas opciones alimenticias.
Imagen principal de John Morgan.
Imagen central de Derek Gavey.