El riego es el procedimiento mediante el cual se aporta agua a los cultivos por medio del suelo con el fin de satisfacer las necesidades hídricas de las plantas. Hoy en día el agua es un bien preciado y escaso en muchas zonas, por lo que su optimización debería ser una de las principales preocupaciones a la hora de decidir entre los diferentes sistemas de riego.
Las innovaciones tecnológicas han favorecido además la mejora de muchos de estos sistemas de riego, que permiten automatizar muchas de sus tareas contribuyendo así al ahorro económico y a la eficiencia laboral. No obstante, la elección del tipo de riego adecuado siempre ha de ser un proceso reflexivo y consciente.
Hoy en día, estos son los sistemas de riego más populares.
Riego por goteo: agua gota a gota
Se trata de un proceso lento y uniforme en el que el agua es distribuida gota a gota y a muy baja presión sobre el terreno. La conducción se realiza mediante mangueras que se colocan a poca distancia del suelo para que el agua que sale de ellas impacte directamente sobre la capa de tierra y se favorezca así su absorción.
Ventajas
- Este sistema puede ser automatizado.
- Puede aplicarse en todo tipo de suelos.
- Utiliza poca cantidad de agua.
- Evita pérdidas por evaporación.
- Resulta muy eficiente, pues riega solamente donde se necesita, por lo que, además, evita la proliferación de malas hierbas.
Inconvenientes
- Requiere una elevada inversión inicial.
- Existe la posibilidad de que el sistema se tapone si no se filtra bien el agua.
Sistemas de riego por aspersión
Se trata de un tipo de riego muy popular. El agua es atomizada y se distribuye sobre el terreno como si de lluvia se tratase. Para implantar este sistema se requieren materiales como aspersores y tanques de almacenamiento conectados a una red de tuberías con la presión adecuada. Existen diferentes tipos como fijos, móviles o autopropulsados.
Ventajas
- Permite ajustar la potencia y la orientación.
- El agua puede distribuirse a mayor distancia.
- Permite la automatización.
- La presión del agua no es suficiente como para dañar las plantas.
- Estos sistemas de riego tienen una larga vida útil.
Inconvenientes
- El agua entra en contacto tanto con las raíces como con las plantas, por lo que pueden darse enfermedades.
- Requiere una instalación compleja y cara.
- Necesita más cantidad de agua que otros sistemas como el de goteo.
- Precisa estudiar bien la colocación de los aspersores para evitar un mal uso del agua.
Riego por surcos: los canales del cultivo
Aquí, el agua circula por canales que han sido previamente diseñados con la intención de conducirla hacia los puntos que se pretendan regar. Generalmente, el agua parte de un embalse o punto de almacenaje y se dirige hacia una red de surcos que puede ser modificada in situ por el operario, cerrando o abriendo el paso a determinadas áreas. Se trata de un sistema muy antiguo que precisa ciertos conocimientos sobre el suelo como, por ejemplo, su grado de infiltración para no superar su punto de saturación.
Ventajas
- No necesita instalación previa más allá del diseño y ejecución del sistema de canales.
- Tiene un bajo coste de instalación.
- El agua no está en contacto directo con las hojas, por lo que se evitan enfermedades.
- Los requerimientos energéticos son prácticamente nulos.
Inconvenientes
- No es apto para todo tipo de suelos y cualquier desnivel puede ser un inconveniente.
- Precisa gran cantidad de agua, parte de la cual se pierde por evaporación.
- No es programable, el operario ha de trabajar sobre el terreno.
- Puede favorecer la aparición de maleza al humedecer gran cantidad de terreno.
Actualmente, estos tres son algunos de los sistemas de riego más populares. Todos ellos tienen sus ventajas y sus inconvenientes, por lo que se hace necesario conocerlos a fondo y saber cuál de ellos puede ser el más apropiado para cada tipo de terreno o plantación.
Imagen principal: Bob Dass.
Imágenes centrales: Colin y AgriLife Today.