En las últimas semanas, la ganadería española se ha visto sacudida por una preocupante amenaza: una enfermedad transmitida por mosquitos que afecta a las vacas y otras especies de ganado. Este brote ha encendido las alarmas en la industria ganadera y ha llevado a los agricultores y veterinarios a tomar medidas preventivas rápidas y efectivas para proteger a sus animales. Se trata de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE).
La enfermedad y su modo de transmisión
La EHE es una patología que afecta especialmente a rumiantes y que últimamente se ha desarrollado en comunidades de vacas, ovejas y cabras a lo largo de toda la geografía española. Sin embargo, ha sido el ganado bovino el que ha acumulado un mayor número de casos.
El culpable de esta enfermedad es una especie de mosquito autóctona de la península ibérica que se encuentra muy presente en toda la Europa mediterránea. Se trata de insectos del género culicoides, una clase de mosquito de carácter estacional que se hace especialmente patente durante el verano y el otoño.
El primer brote en Europa de Enfermedad Hemorrágica Epizoótica se detectó en Italia en 2022. Hasta esa fecha, el continente había permanecido libre de casos. Debido a su juventud y virulencia, se trata de un mal de notificación obligatoria a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Desde que se detectaron los primeros casos, se han desarrollado diferentes herramientas orientadas a detectar lo más rápido posible el virus, además de a llevar un estricto control de la enfermedad y aplicar las pertinentes medidas preventivas. Sin embargo, ya son muchos los ejemplos de ganaderías afectadas en toda la geografía española.
Síntomas de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica
En la mayoría de los casos, la EHE afecta a las vacas de manera leve y se manifiesta en forma de catarro nasal u ocular. Pero no hay que olvidar que este virus puede llegar a ser fatal, como sucede en otro nada despreciable porcentaje de animales afectados que pueden padecer de síntomas como ulceración en boca, lengua, faringe y vías respiratorias. Muchos de estos casos pueden derivar en la muerte del animal.
En la actualidad, los ganaderos españoles reclaman medidas urgentes que ayuden a frenar esta epidemia. Existen vacunas, pero en España todavía no se ha aplicado ninguna por razones de incompatibilidad. Tampoco existe ningún medicamento específico que ataque a la EHE, aunque sí que pueden utilizarse determinados remedios, como antibióticos o antiinflamatorios, orientados principalmente a mitigar sus efectos. En el peor de los casos, la llegada del frío hará que el mosquito responsable se retire durante una temporada.
Las secuelas de la enfermedad
Otro punto preocupante en todo este proceso es el de las secuelas que la enfermedad pueda dejar en los animales que la han superado ya que, por norma general, su estado físico queda visiblemente afectado y nos son pocos los ejemplares que tardarán e regresar a un estado de vitalidad y producción óptima.
La comunidad científica y veterinaria está trabajando para comprender mejor la enfermedad y desarrollar tratamientos efectivos. Los investigadores estudian la biología de los mosquitos transmisores y desarrollan estrategias para interrumpir su ciclo de vida. Además, se están llevando a cabo ensayos clínicos para evaluar la efectividad de posibles tratamientos y vacunas.
Imagen principal de Susanne Nilsson.
Imagen central de Kevin Walsh.