Pese a que a primera vista pueda resultar una llamativa novedad para muchos, el tractor de hidrógeno es una realidad viable desde que, hace ya unos diez años, la empresa New Holland presentase su primer prototipo perfectamente viable y funcional. Se trata de un vehículo híbrido que supone un gran paso adelante en el mundo de la agricultura sostenible y que, desde su primera aparición, no ha dejado de evolucionar hasta llegar a plantearse como una alternativa perfectamente válida y posible al motor de combustible diésel.
El tractor de hidrógeno cuenta con una potencia y una autonomía suficientes que le permiten realizar exactamente las mismas tareas, y del mismo modo, que un vehículo propulsado por cualquier tipo de motor tradicional. Estos, además, plantean la enorme ventaja de que el hidrógeno es un gas que no genera emisiones de dióxido de carbono.
¿Cómo funciona el tractor de hidrógeno?
El funcionamiento de este tipo de tractores es relativamente sencillo. Los modelos más recientes que se han desarrollado hasta la fecha cuentan con un sistema de tracción híbrido en el que un motor eléctrico desarrolla la propulsión mecánica del vehículo y una pila de combustible de hidrógeno se encarga de generar la electricidad necesaria para alimentar al motor. Esta pila de combustible, por supuesto, precisa de un flujo constante de gas para funcionar óptimamente.
El tamaño de la pila de combustible dependerá en última instancia de la potencia media requerida. Asimismo, la autonomía del vehículo estará relacionada con el tamaño del depósito de almacenamiento de hidrógeno a presión. Para aportar los picos de potencia que el tractor puede necesitar en el desarrollo de determinadas tareas, la pila de combustible puede estar complementada por una batería de pequeñas pilas de litio que se encargarán de dicho propósito.
Como media, un tractor de hidrógeno requiere una pila de unos 150 kw. Para aguantar una jornada de ocho horas, el vehículo necesitara aproximadamente unos cincuenta kilos de combustible de hidrógeno, que se consume a una media de 5,8 kilos por cada hora de trabajo. La recarga del depósito, que requiere por lo general de una estación de carga, es bastante rápida y en menos de una hora este puede estar de nuevo al máximo nivel.
Retos y futuro
Como ya se ha comentado, el tractor de hidrógeno puede abrir importantes vías hacia la consolidación de una agricultura más sostenible. Los primeros modelos contaban con un motor diésel asistido por la inyección de hidrógeno en la cámara de combustión. Sin embargo, en la era de expansión de los vehículos eléctricos, los nuevos tractores pueden prescindir completamente del combustible fósil para utilizar sistemas híbridos de electricidad e hidrógeno.
Esta tecnología presenta unos niveles de rendimiento totalmente parejos a los de un motor diésel, pero para muchos existe el escollo del precio, ya que el coste de mercado del hidrógeno es notablemente superior al del diésel. Sea como sea, lo que sí es seguro es que el desarrollo de tecnologías sostenibles en el campo de la automoción es una realidad que a día de hoy parece imparable y que, irremediablemente, va a terminar por alcanzar al mundo de la agricultura.
Imagen principal de NewHollandAG.
Imagen central de NewHollandAG.