Si nos encontramos entre el grupo de gente que presume de ser de natural madrugador (o trasnochador, que para el caso que nos ocupa daría lo mismo), es posible que en alguna estancia en el litoral del país hayamos podido ver tractores en la playa durante las horas que preceden o coinciden con la salida del sol. ¿A qué responde su presencia en estos lugares? ¿Acaso hay establecida una hora de baño temprana para vehículos agrícolas a motor? Evidentemente, y por norma general, la respuesta no es esta, pues estos tractores se encuentran realizando tareas de acondicionamiento y mantenimiento de la arena de la playa.
Tractores al servicio de un modelo turístico
En un país como España en el que el turismo litoral supone una de las principales fuentes de ingreso anuales, el acondicionamiento de los arenales es una tarea de gran relevancia si se quieren alcanzar los estándares de calidad y excelencia que se presuponen a muchas de sus playas. De esta manera, estas áreas tienen que ofrecer una serie de servicios y contar con determinadas medidas de seguridad e higiene entre las que se encuentra el cuidado y limpieza de la arena.
Antiguamente, estas labores de acondicionamiento se realizaban a pie, mediante voluntarios o brigadas generalmente municipales que recorrían la playa recogiendo desperdicios, ventilando y aplanando el arenal costero. Para lograr una buena limpieza, esta faena debía llevarse a cabo con una periodicidad regular; diaria o casi diaria durante la temporada alta y algo más espaciada durante el resto del año. Por suerte, desde hace unos cuantos años se cuenta con medios mecanizados que, siempre controlados por un ser humano, realizan estas mismas tareas en menos tiempo y con una eficacia y constancia superior. Hablamos, por supuesto de tractores.
¿Cómo trabajan los tractores en la playa?
Los tractores en la playa cumplen la función básica de cribar, airear y aplanar la arena para que esta esté lista para afrontar una nueva jornada de baño, juego y descanso. Para ello, se acoplan al vehículo diferentes aperos que sirven a tal fin y que pueden diferenciarse por su mecanismo de succión, propio de playas de arena gruesa o piedra, o de rastrillado y cribado, que suele ser el más habitual y se encuentra más extendido en playas de arena fina.
El funcionamiento de estos mecanismos que arrastran los tractores es muy sencillo. Estos penetran en la arena a una profundidad cercana a los treinta centímetros para batirla y secarla mediante ventilación. Al mismo tiempo, el material movido pasa a través de unas mallas de diferente calibre que se encargan de cribar el conjunto y separar los desperdicios, que pueden ser derivados a una tolva donde se recogen para su posterior evacuación. El objetivo final es que la arena quede, aproximadamente, en el mismo lugar donde ha sido recogida, pero ventilada, aplanada y limpia de desperdicios.
En general, el uso de tractores en la playa es una medida de gran efectividad que ahorra tiempo y ofrece resultados positivos. Pero, como siempre sucede en este tipo de situaciones, su papel no está exento de cierta polémica a haber voces críticas que denuncian que un uso indiscriminado puede provocar alteraciones en la biodiversidad de las playas variando así el ecosistema de las mismas.
Sea como sea, este es un ejemplo más de los múltiples usos de los tractores.
Imagen principal de David Seibold.
Imagen central de Premnath Thirumalaisamy.