Pese a que pueda parecer mentira, a día de hoy todavía hay quien piensa que el mundo de los seguros no tiene nada que ver con la maquinaria agrícola o los tractores. La realidad, sin embargo, es que todo vehículo motorizado debe contar con un seguro que, al menos, cubra los daños que puedan causarse a terceras personas. Un tractor es una maquina pesada y compleja que se utiliza para realizar trabajos específicos y que en ocasiones arrastra implementos que pueden causar accidentes o daños; por eso, y por otras razones, es necesario contar con un seguro que cubra tanto el vehículo principal como los aperos de trabajo.
Pese a que pueda parecer mentira, a día de hoy todavía hay quien piensa que el mundo de los seguros no tiene nada que ver con la maquinaria agrícola o los El manejo de tractores y otras maquinarias agrícolas lleva implícito un importante riesgo de daños al conductor, a otras persona o al propio vehículo. Un gran porcentaje de accidentes con tractores implican daños a terceros y, además, existen peligros recurrentes como el de vuelco, que puede darse por circunstancias varias como el tipo de trabajo o un terreno irregular y suelen acarrear consecuencias graves.
¿Es obligatorio el seguro?
Al igual que sucede con otros vehículos, un tractor no puede desplazarse sin un seguro. En caso de no contar con una póliza vigente, el vehículo deberá estar inmovilizado o arriesgarse a recibir una buena sanción. Además de este seguro básico de circulación, existen otras coberturas específicas para las diferentes labores que puedan realizarse. Pero no solo es a los tractores a los que hay que aplicar el seguro, ya que estos también son obligatorios para otras máquinas como cosechadoras, trilladoras o motocultores, por citar algunos ejemplos. Existen diferentes factores que determinan si una maquina agrícola debe estar asegurada o no, pero el principal de ellos es si esta es autopropulsada o por el contrario ha de ser arrastrada. Esto determinará la necesidad o no de un seguro de circulación.
A grandes rasgos, existen dos tipos de seguro. El más básico es el de responsabilidad civil, que cubre daños a terceros. A partir de ahí, entran en escena los llamados seguros agrarios combinados, que analizan las necesidades del trabajo y las adaptan a la configuración de la póliza.
Un seguro a medida
Así, en función del tipo de daños que cubra o de las necesidades y factores laborales de cada tipo de maquinaria, el seguro podrá adaptar su forma final. Entre los factores más habituales, tendrán que tenerse en cuenta algunos como el tipo de maquinaria con la que se vaya a trabajar, el ámbito de circulación del vehículo, la labor que vaya a realizarse con él, la cantidad de gente que vaya a estar implicada en estos trabajos o la responsabilidad civil derivada.
Un análisis de estos factores deberá determinar las necesidades del seguro y, en consecuencia, las coberturas que este vaya a contemplar. De esta manera, desde la responsabilidad civil obligatoria, un seguro agrícola puede dar cobertura a aspectos como la responsabilidad civil derivada de trabajos agrícolas, robo, incendio, remolque de la maquinaria, defesa jurídica, vandalismo, rotura de cristales, vuelco o fenómenos atmosféricos, por citar algunas de las más habituales.
Los seguros de tractores y maquinaria agrícola son un elemento obligatorio pero, además, constituyen un instrumento necesario para garantizar la seguridad y la responsabilidad judicial, tanto del trabajo en sí como de los operarios, la maquinaria y otros implicados en cualquier siniestro que pueda producirse.
Imagen principal de Smudge 9000.
Imagen central de Carl Wycoff.