La turba es un material orgánico proveniente de la descomposición de diferentes vegetales y que es muy empleado como sustrato tanto en jardinería como en agricultura. Esta se forma de manera natural en las turberas, que es como se conoce a determinados lugares donde, debido a unas concretas condiciones físicas de exceso de humedad y poca oxigenación, se dan los procesos químicos necesarios para su creación.
Para que una turba se genere, los materiales que la forman tienen que estar en un grado de descomposición parcial, formando una masa terrosa en la que todavía puedan apreciarse algunos de los componentes desde la que se originó. En general, la definición final de la turba depende de varios factores entre los que se encuentran los ingredientes primigenios o la profundidad del suelo. Esto provoca que se puedan categorizar dos tipos elementales de turba.
¿Qué tipos de turba existen?
En primer lugar se encuentra la turba negra, que se crea en zonas bajas y cuenta con un grado de pH más elevado, en torno al 7,5 u 8. Al estar más descompuestas, presentan un tono de color más oscuro que justifica en nombre por el que se las conoce. El segundo tipo de turba es la blanca o rubia, que nace en zonas más altas y, especialmente, en áreas de temperatura suave y con un elevado índice de lluvias. Este tipo de turba es muy rica en spagnol, una sustancia muy presente en los musgos y que no puede ser descompuesta por ningún organismo. A nivel de composición y propiedades, las rubias presentan un menor grado de descomposición mientras que las negras tienen menos contenido en materia orgánica y están más mineralizadas.
Características y usos de la turba
Entre las principales características de la turba se encuentra su alta capacidad de retención de agua y su elevada porosidad. En líneas generales, la turba presenta unas propiedades muy adecuadas para el desarrollo y el crecimiento de diferentes especies vegetales pero, en contraste, no es muy rica en elementos nutritivos. La solución a este pequeño problema suele solventarse añadiendo determinados productos como humus de lombriz que contribuyan a hacer de la mezcla un todo más saludable para las plantas.
No obstante, las características concretas y finales de la turba van a depender siempre de las circunstancias exactas de su formación y de las características propias de cada material que la forma. Es por eso, y por la diferencia de pH entre ambos tipos de turba, que para su aplicación como sustrato suele contarse con mezclas que aúnen porcentajes de negra y rubia. Generalmente, estos porcentajes suelen presentarse en un 70 % de rubia frente a un 30 % de negra, pero la mezcla final depende de los usos a los que la turba vaya destinada. Muchos, en cambio, optan por fabricar su propia turba casera.
Los usos de la turba exceden las aplicaciones jardineras y agrícolas. Un ejemplo es su empleo, una vez desecada, como combustible; o En Escocia, por ejemplo, donde la turba negra se utiliza en el proceso de secado de los ingredientes del whisky.
Imagen principal de Claire Gribbin.
Imagen central de Bernd Thaller.
Muchas gracias me sirvio para mi exposición y me saque un 10/10