A pesar de que la clasificación de tractores según su grado de eficiencia energética no se haya popularizado tanto como en otros sectores, lo cierto es que esta empezó a desarrollarse hace más de 10 años. Esta iniciativa parte de manera conjunta desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) y el Ministerio de Agricultura, en colaboración directa con la Estación de Mecánica Agrícola (EMA).
El objetivo final del proyecto es elaborar un listado sencillo y útil mediante el cual los usuarios de maquinaria agrícola puedan conocer el grado de eficiencia de los diferentes modelos del mercado. Así, la elección de un tractor ya no depende exclusivamente de factores como el fabricante o la posibilidad de obtener recambios agrícolas para el mismo; la eficiencia energética es también una realidad a tener en cuenta.
La recopilación de datos necesarios para establecer la clasificación final se basa en la eficacia del motor y de la transmisión en los modelos analizados. Para ello, se utilizan estándares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y se centra el trabajo especialmente en ensayos sobre la potencia a la barra de tiro y al freno.
Ensayos de potencia a la barra de tiro
En este tipo de ensayos, el tractor debe arrastrar por una superficie de hormigón a otro vehículo para determinar así su fuerza de tiro. Durante las pruebas, tanto la velocidad de avance como el régimen de motor del tractor son modificados para establecer una lectura lo más objetiva posible.
De esta manera se obtienen resultados sobre la potencia de tiro del tractor, así como de su consumo de combustible o de su tasa de deslizamiento. Todo esto, en conjunto, aporta datos sobre la eficiencia de la transmisión del tractor.
Ensayos de potencia al freno
En este caso, se conecta la toma de fuerza del tractor a un freno para intentar que el primero desarrolle una potencia que supere la fuerza del segundo. La resistencia del freno puede ser variada obligando así al tractor a trabajar en diferentes niveles de exigencia que tengan como resultado una medición realista de su rendimiento. Estas pruebas contemplan variables, como las condiciones meteorológicas o el tipo de turbocompresor del tractor, que deberán ser tenidas en cuenta.
Los ensayos de potencia al freno facilitan mediciones relativas al consumo de combustible o a la potencia ejercida sobre la toma de fuerza, factores que determinan finalmente el grado de eficiencia del motor.
¿Cómo se calcula la eficiencia energética?
Los cálculos provenientes de los ensayos anteriores tienen como resultado la obtención de un índice de eficiencia conjunta de motor y transmisión para cada modelo de tractor analizado. De este índice dependerá que un modelo obtenga finalmente un grado de eficiencia energética u otro. Para establecer los diferentes niveles de clasificación energética, se comparan los índices de todos los modelos analizados en busca de una media. A partir de esta, cada tractor se situará por encima o por debajo sellando así su clasificación final.
El primer sistema de eficiencia energética para tractores data de 2005 y contempla 5 grados en su clasificación. Las posteriores innovaciones técnicas en la fabricación de motores y transmisiones obligaron a rehacer los cálculos de la media oficial para adaptar así las mediciones a los nuevos estándares de fabricación. En la actualidad, los tractores están ordenados en un sistema de 7 letras y una gama de colores que discurre entre el verde oscuro y el rojo oscuro.